El Viraje hacia los extremos: Repensando el diseño de la oficina
Las oficinas modernas están cada vez más orientadas a cubrir necesidades en los “extremos”, creando espacios específicos tanto para la concentración intensa como para la colaboración máxima.
A menudo, la oficina se ve erróneamente como un espacio diseñado para una alta productividad, pero, en realidad, siempre ha sido un sitio de compromisos.
La oficina tradicional no fue creada por ser un entorno ideal para tareas especializadas, sino que nació como una solución adaptable a las necesidades más amplias con el mínimo de roces posibles.
Por ejemplo, el cubículo, implantado a mediados del siglo XX, no tenía como objetivo fomentar la creatividad o la concentración profunda, sino más bien organizar de manera eficiente a una gran cantidad de trabajadores en un momento histórico donde se priorizaba el orden, la producción masiva y el control jerárquico. Aunque el cubículo ofreciera privacidad, imponía una rutina rígida que favorecía la conformidad en detrimento de la innovación y la conexión.
Con la evolución de la cultura laboral hacia una mayor colaboración y transparencia, el concepto de oficina abierta emergió como una solución aparentemente ideal para superar las barreras del cubículo y promover un entorno dinámico y creativo.
Sin embargo, este modelo era también un compromiso, diseñado para fomentar la creatividad sin perder de vista la eficiencia y los costes. A pesar de sus ventajas, las oficinas abiertas a menudo reprodujeron los problemas que intentaban solucionar: ruido, distracciones y carencia de privacidad, que dificultaban la colaboración que se suponía que debían mejorar.
Viraje hacia los extremos
Nuestras vidas se están polarizando cada vez más, dejando a un lado los términos medios. Esta tendencia se refleja en muchos aspectos de nuestra vida, donde los puntos de vista extremistas ganan bastante. La constante referencia a la idea de «sin precedentes» a raíz de la pandemia subraya esta dinámica, puesto que nos concentramos más en las posiciones extremas y ponemos menos atención a las ideas moderadas que antes estructuraban nuestro día a día.
Cuando todo se presenta como llamativas novedades para captar nuestra atención, el «ordinario» queda obsoleto, y la palabra hiper pasa a ser la nueva norma.
Este cambio también afecta al espacio de trabajo. A medida que el trabajo ha cambiado, las necesidades de la oficina también han evolucionado. El modelo de oficina estandarizado ya no es adecuado para satisfacer los requerimientos especializados de los modernos trabajadores. Esta transformación se ve impulsada por factores como el aumento del teletrabajo, los avances tecnológicos y los nuevos hábitos laborales, que priorizan la flexibilidad y la eficiencia. Además, el crecimiento de la tecnología y el análisis de datos permiten diseñar entornos de trabajo más personalizados, adaptados a las necesidades particulares de cada individuo.
Dos tendencias que marcarán el diseño de oficinas del futuro: Hiperfocalización e Hipercolaboración
Hiperfocalización
La pandemia puso de manifiesto una realidad: muchos trabajadores descubrieron que eran mucho más productivos en espacios personalizados y libres de interrupciones en casa. Este hecho destacó la importancia del concepto de hiperfocalización, es decir, el «trabajo profundo». A medida que el trabajo del conocimiento se hace más complejo, los entornos diseñados para favorecer la concentración intensa y minimizar las distracciones resultan esenciales.
En respuesta, elementos como las zonas de concentración, bibliotecas de trabajo y espacios diseñados para la cancelación de ruido han ganado presencia en el diseño de oficinas.
Un ejemplo destacado es «Oxford» y sus nuevas oficinas en Girona, que lleva este concepto más allá mediante la disposición de 2 phoneboxes por cada openspace en el edificio, donde se ajustan factores como la acústica, la iluminación, la temperatura y calidad del aire, creando un entorno óptimo para la concentración durante todo el día. Además, las opciones de espacios especializados para el trabajo profundo como las salas de enfoque permiten a los trabajadores escoger el espacio más adecuado para sus tareas.
Hiper-colaboración
En el otro extremo, la tendencia de la híper-colaboración también está ganando fuerza. Con el trabajo más interdisciplinario y basado en proyectos, la capacidad de colaborar eficazmente con otros se ha vuelto fundamental. Esta tendencia utiliza herramientas tecnológicas avanzadas para reunir equipos diversos en espacios de trabajo donde las ideas pueden intercambiarse, probarse y perfeccionarse rápidamente. El software de colaboración en tiempo real, las tecnologías inmersivas como la realidad aumentada (AR) y la realidad virtual (VR) son fundamentales para esa forma de trabajo que elimina las barreras físicas.
Un ejemplo de ello son los sistemas de videoconferencia avanzados que facilitan la colaboración entre equipos remotos y locales. El diseño del espacio incluye centros de colaboración equipados con tecnología de última generación para fomentar la innovación y creación de ideas entre equipos multifuncionales.
Hacia la especialización
El diseño de las oficinas modernas se está adaptando cada vez más a estos dos extremos, creando espacios especializados tanto para la concentración extrema como para la intensa colaboración. Esta transformación marca una importante evolución respecto a los diseños universales del pasado, reconociendo que los espacios de trabajo actuales necesitan ser personalizados para cada tipo de necesidad específica.
A medida que avanzamos hacia esta era de extremos, la oficina seguirá evolucionando para convertirse en un entorno dinámico, diseñado para afrontar las exigencias de los trabajos contemporáneos, que demandan tanto híper-concentración como trabajo en equipo colaborativo para fomentar la productividad y la innovación.
Diciembre 2024
Olga Guday